
Un día comienzas entonces a conocer tu alma, a descubrir tu identidad, a darte cuenta de quién eres en realidad, a conocer tus capacidades, cualidades, miedos, inseguridades, etc., en otras palabras, comienzas a descubrir de qué estás hecho…Que maravilla haber empezado a descubrir ese sello llamado ALMA, que te hace único.
Sé que podrías decirme que todos tenemos cualidades, aptitudes, talentos, etc., que si acaso eso es descubrir nuestra Alma, bueno quiero decirte que todos tenemos nariz, boca, orejas, etc., sin embargo, tu nariz es única y así existan similares no habrá otra como la tuya, igual pasa con tu Alma, con tu Identidad, habrán muchas personas con las mismas cualidades y demás, pero tú solo tú haces, piensas, creas, realizas, planeas, ejecutas y sueñas, a tu manera y aunque existan similares, lo que tú haces y cómo lo haces es único, es tu sello, es tu Alma, es tu identidad!!
Bien, hemos llegado a la mitad de esta serie sobre Identidad & Propósito, el conocer nuestra identidad es un privilegio enorme, que debemos seguir descubriendo cada día de nuestras vidas. Ahora, ya que sabemos quiénes somos y qué nos identifica, estamos listos para buscar nuestro rumbo, nuestro ¿Para qué?, nuestro PROPÓSITO.
Hay un dicho que dice así: “Cuando uno no sabe para dónde va cualquier bus le sirve” es muy cierto este dicho y creo que en la vida nos pasa igual. He aquí la importancia de conocer nuestro propósito lo más pronto posible en nuestra vida, pues cuanto más nos demoramos en conocerlo, más andamos de un lado a otro, de bus en bus, sin llegar a ningún destino, simplemente porque ni siquiera sabemos el destino al que queremos llegar.
De la misma manera, cuando no conocemos nuestro propósito, podemos tomar decisiones equivocadas o no tan acertadas como si lo conociéramos, y entonces resultamos tomando cualquier bus en cuestión de nuestra carrera, compañero(a) de viaje, lugar de trabajo, amistades, finanzas, etc.
Por esta razón es que necesitamos conocer nuestro propósito de vida, así que comencemos por saber ¿qué es propósito?
“La palabra propósito se originó en el latín “propositum”, término que se integra con el prefijo “pro” que indica una dirección hacia adelante, y “positum” que es el participio del verbo “ponere” en el sentido de “poner”.[1]
Acorde con esta definición y en mis palabras, propósito es: poner dirección hacia adelante; en este caso, necesitamos ponerle una dirección hacia adelante a nuestra vida.
Todo esto suena muy bonito e ideal, pero ya sé lo que se pueden estar preguntando ¿Cómo encuentro entonces el destino al que voy para no tomar cualquier bus?, ¿Cómo le doy una dirección a mi vida?, ¿Cómo encuentro mi propósito?
Bueno como siempre les compartiré el cómo yo encontré el mío y por supuesto les dejaré las pautas que utilicé para poder hacerlo!!
Me alegra mucho que estés acá leyendo este post, pues te repito, estoy convencida que a este mundo vinimos más que a respirar o andar de bus en bus a ver a dónde nos llevan los caminos, así que, comencemos entonces a encontrar nuestro PROPÓSITO DE VIDA!!
En el año 2013, cuando tenia 30 años, llegué un día a uno de los cursos que les he contado que hice, sobre sanidad interior y lo que más recuerdo de ese curso fue la primera pregunta que nos hicieron en la primera sesión, la pregunta fue: ¿cuál es el momento de tu vida que te haya hecho entender que tienes un propósito? (debes contestar con lo primero que venga a tu mente)
Exactamente eso hice yo y conteste con lo primero que se me vino a mi cabeza, apenas escuché la pregunta solo vinieron imágenes a mi mente de un acontecimiento muy particular en mi vida y en la vida de mi familia, el cual fue clave para esa respuesta, se los voy a resumir rápidamente.
El 23 de Octubre de 1985 cuando yo tenia 2 años y medio, una mañana que parecía normal como cualquier otra, nos encontrábamos en casa mi Abuela, mi hermano Esteban que tenia 6 años y mi hermana adoptiva Luz Marina quien tenia 15 años de edad; tal vez eran como las 11 de la mañana y estábamos todos en la cocina pues mi abuela nos iba a dar unas frutas. Mi hermana Luz Marina decide dirigirse hacia el patio a lavar algo y yo decidí ir con ella pues quería acompañarla sin saber lo que esa pequeña decisión nos iba a significar a las dos. En cuestión de segundos la casa estaba envuelta en llamas y se había escuchado un estruendo gigante. No lo podíamos creer!! una avioneta había caído justo en el patio de nuestra casa, lugar en el que estábamos Luz Marina y yo, ella sin pensarlo tomo una decisión que marcaría su vida y la mía para siempre, cuando se oyó la explosión toda la gasolina salió y justo caería sobre mi, pero ella se abalanzó hacía mí y me cubrió con todo su cuerpo de modo que toda la gasolina cayó sobre ella. Estaba prendida y yo había sufrido quemaduras en todo mi cabello, pestañas, un poco de la espalda y una pierna, pero ella estaba prendida todo su cuerpo ardía…mi abuela llegó a ayudarla y logró apagar el fuego de su cuerpo con una toalla, nos encontrábamos atrapados en la cocina pues toda la casa ardía en llamas. Mi Abuelita sin pensarlo levantó su voz y elevo una oración diciendo “Dios ayúdanos, abre un camino para que podamos salir” Milagrosamente sonó una explosión y la puerta de atrás se abrió y junto con esto un camino perfecto hacia esa salida, de inmediato ella nos sacó a los 3 al patio trasero de la casa. Mi hermano Esteban no tenía zapatos y pasó caminando por las alfombras que estaban prendidas pero a él no le pasó nada y estando en el patio una vez más Dios hace un milagro y envía a un señor el cual nos ayudó a pasar el muro hacia la otra casa, mi Abuela decía que sus manos se hundían en el cuerpo de Luz Marina cuando trataba de sujetarla, de esta manera pudimos salvarnos y llegar a casa de una vecina sin antes haber enviado a Luz Marina al hospital más cercano lo cual no fue fácil pues no había ambulancia y ningún carro particular quería llevarla, finalmente estábamos a salvo eso si sin zapatos, sin casa, sin nada, con tan solo la pijama, pero vivos, excepto Luz Marina quien estuvo en el hospital 15 días con quemaduras de 3er y 4to grado en todo su cuerpo y quien después de recibir una visita espectacular como lo dijo ella ”vino un joven hermoso, de ojos azules y todo de blanco” cerro sus ojos y se fue con su Señor.
En ese momento entendí que yo había quedado viva por una razón, así que al contestar la pregunta, entendí que ese momento me llevaba a entender que esa razón era el propósito que yo tenia que cumplir en esta tierra. A partir de ese momento comenzó mi búsqueda incansable por encontrarlo, acá les quiero dejar 4 puntos que considero, fueron los más relevantes para mí, cuando quise y aún cuando en mi día a día debo recordar que yo tengo un propósito por cumplir. Espero que sean útiles para sus vidas y que con la ayuda de estos, podamos encontrar el RUMBO DE NUESTRA VIDA…
El objetivo entonces es que logremos alinear los siguientes 4 puntos, acá van:
1. Nuestras experiencias
Creo que todos quisiéramos conocer nuestro propósito de vida desde muy pequeños; es más, cuando somos padres solemos decir sobre nuestros hijos algo como: “deberían venir con un manual de instrucciones” y creo que por un lado todos quisiéramos tener un manual para nosotros mismos, que nos dijera cada paso que debemos dar, nuestro propósito etc. pero ¿Se imaginan que aburrido sería si supiéramos de antemano la ruta que vamos a andar? Por esta razón creo que lo interesante de esta vida está también en poco a poco ir descubriendo y conociendo este camino y sobre todo el rumbo al que queremos llegar.
Leí esta frase de Ofelia Pérez en el libro de Xavier Cornejo “La historia dentro de ti” que dice así:
“Nadie escoge dónde comienza, pero sí puede decidir dónde termina”
Yo creo que en nuestra vida, desde nuestra niñez comenzamos a vivir diferentes vivencias y experiencias, algunas muy buenas, otras buenas, otras no tan buenas, otras terribles, otras traumatizantes.
Cada persona es un mundo, una historia que tuvo un comienzo y que tendrá un final, como dice esta frase. Tal vez no escogimos en dónde comenzamos, ni muchas de las experiencias que hemos tenido, pero lo que sí podemos decidir es cómo, en dónde y de qué manera queremos terminar.
Es increíble como nuestras experiencias le pueden dar un rumbo a nuestra vida y en especial las experiencias que no han sido tan buenas marcan una diferencia.
Cuando nosotros experimentamos un momento difícil, cuando quizás caemos en alguna adicción, o llegamos al final de un pozo oscuro en nuestra vida en algún aspecto, de alguna manera se activa en nuestro ser un deseo por no querer volver a vivir esa experiencia, un deseo de no querer que alguien más lo viva y sobre todo cuando ya se ha superado, un llamado a ayudar a quienes estén allí.
Un ejemplo muy grande de esto es lo que vemos en las personas que son sobrevivientes de las drogas, de años de tráfico humano y abuso, de alcoholismo, de suicidio, etc. Estas personas encontraron en sus experiencias traumáticas, dolorosas, experiencias que casi los llevaron a la muerte, su esencia, su llamado, su propósito, su rumbo…la mayoría de estas personas cuando logran superar sus propias heridas, entienden que Dios les permitió salir de allí con el propósito de ser luz, de ser un modelo de esperanza para quienes aún lo están y aunque ya no puedan cambiar su comienzo, sí decidieron cambiar su presente y su futuro y es así como logran entender que en medio de sus procesos, estaba su propósito.
Yo no sé qué experiencias tengas en tu vida, quizás no tienes ninguna como las que mencione arriba, yo tampoco tuve ninguna de estas, pero sí estoy segura que tienes cualquier cantidad de experiencias en los años que tienes, de modo que al pensar en esas experiencias que has vivido, sobre todo las que te hayan significado un aprendizaje, en esas experiencias podrás encontrar muchas pistas que te llevarán a tu propósito de vida.
Así que comienza ahora mismo a escribirlas preferiblemente, pues estarás comenzando a trazar el rumbo y parte de la ruta que quieres tomar para tu vida.
¡Recuerda que SIEMPRE tendrás algo que otro necesita!
2. Nuestros talentos, capacidades y habilidades
Es evidente que cada uno de nosotros fuimos creados con talentos, capacidades, aptitudes, habilidades, cualidades, etc. Es evidente que cada uno de nosotros tenemos una esencia y una identidad.
Cuando terminamos el colegio y debemos escoger una profesión, normalmente miramos hacia esa esencia para intentar reconocer en qué somos buenos, qué se nos facilita y también en qué nos sentiríamos felices. Pero en realidad tomar esa decisión no es muy fácil, pues estamos hablando de nuestro futuro, a lo que nos vamos a dedicar, por eso es que es muy importante precisamente pensar en ese final, en ese rumbo al que queremos llegar, pues cuando podemos visualizar ese destino, podremos tener más claro el bus que nos sirve para llegar allá.
Finalmente nos decidimos por estudiar una profesión, o por emprender algún tipo de negocio, o comenzar a trabajar y cada una de estas decisiones nos van permitiendo crecer en conocimiento y en práctica. Conocimiento y practica que debemos ahora alinear con lo que nos dejó el punto anterior, es decir la pregunta acá sería ¿Cómo puedo utilizar mis conocimientos, habilidades, capacidades, práctica y demás con mis experiencias?
Les daré un ejemplo: yo estudie Negocios Internacionales pues siempre fui muy buena en matemáticas, mi papá es físico matemático, y bueno, seguramente de allí vino esa pasión por los números. Soy muy buena administrando y por esa razón decidí estudiar esa carrera.
Cuando empecé a descubrir mi propósito (ayudar a las personas a través de mis experiencias) que fue casi 7 años después de terminar mi carrera, me pregunté si hubiera sido mejor haber estudiado otra cosa, pero entendí que no, que todo lo que había aprendido, más la experiencia de tener una empresa, me habían hecho y son parte de la mujer que soy, SIEMPRE podemos UTILIZAR TODOS NUESTROS RECURSOS PARA BIEN. Hoy en día hago uso de todo lo que he aprendido, pues todo lo que vivimos hace parte de nuestra preparación para el propósito, sobre todo si eso que vives te capacita de alguna manera.
Así que si estás pensando que cometiste un error con tu profesión, o con tu trabajo, te aseguro que no es así, pues todo lo que eres, lo que sabes, lo que practicas, lo que conoces, serán tus herramientas para encontrar tu rumbo y seguido de esto llegar a ese destino a ese propósito al que estás llamado.
3. Lo que mueve nuestro corazón
Voy a comenzar este punto con una pregunta directa ¿Si hoy te ganas la lotería que harías por el resto de tu vida?
A veces creemos que nuestro trabajo o nuestra empresa es nuestro propósito de vida, pero sin querer podemos caer en la trampa de que simplemente es nuestra fuente de ingreso y que si no trabajamos o no hacemos que la empresa produzca, pues entonces no comemos y no hay progreso.
Si nos ganáramos la lotería y esto hiciera que nunca más tuviéramos que pensar en trabajar para producir dinero (asumiendo que se tomen buenas decisiones con el dinero ganado jajaja) ¿Qué te levantarías a hacer cada día? Si tu respuesta es que seguirías haciendo lo que actualmente haces, porque definitivamente el hacer lo que haces te hace una persona feliz, sin importar si ganas o no dinero, te sientes útil, es lo que mueve tu corazón todas las mañanas y es lo que quieres hacer hasta el ultima día de tu vida, entonces te felicito, estás viviendo en tu propósito. Pero si por el contrario tu respuesta es que no tienes idea que te gustaría hacer, que renunciarías a tu trabajo al otro día de ganarte la lotería, que venderías la empresa lo más pronto posible, etc…déjame decirte que aún no has encontrado el propósito de tu vida, pero lo importante es que estás acá leyendo este post y eso quiere decir que tú quieres encontrarlo.
Como el nombre de este punto lo dice, tu propósito, el rumbo de tu vida debe ser aquello que haga mover nuestro corazón. Comienza a identificar ¿Qué mueve tu corazón?
En mi vida, descubrí que el amor hacia los demás mueve mi corazón, que no hay día que no quiera levantarme para poder dar una sonrisa a quien lo necesita o una palabra de ánimo a quien no quiere seguir más; descubrí que esa es mi pasión, que ese es mi propósito y eso me hace levantarme cada mañana, entender que nada de lo que compre o construya en esta vida me llevaré cuando me muera, pero que lo único que si puedo dejar es mi legado, es lo que soy, lo que hablo, lo que comunico, lo que transmito, lo que vivo. Saben algo, yo considero que todos desde nuestros lugares, desde nuestras profesiones, cargos, capacidades, en fin, estamos llamados a lo mismo a poder servir a los demás, a dar más que a recibir, me parece tan cierta esa famosa frase que dice que: “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Y tú ¿Quieres servir para vivir?
4. Hasta mi último suspiro
En este tema sobre propósito aunque quisiéramos hacer las cosas en orden y tener claro el cómo comenzar, la realidad es que yo al igual que varios autores he encontrado que uno de los pensamientos que más trae claridad a nuestro propósito es cuando pensamos en nuestro final y nos preguntamos: ¿Cómo quiero ser recordado cuando ya no este en este mundo? o también ¿Qué quiero estar haciendo hasta el último día de mi vida?.
En uno de mis post les compartí un poco de esto y les decía que uno de los mejores ejercicios que podemos hacer para descubrir nuestro propósito, es escribir el Epitafio que quisiéramos ver en nuestra tumba; yo les confesaba que cuando escribí el mío quedé aterrada y muy triste de leer lo básico, lo simple, mejor dicho de ver un epitafio más como el de cualquier otra tumba de una mujer casada y que fue mamá. Se los voy a volver a escribir, acá va:
“Siempre te recordaremos por ser una gran esposa, mamá, hermana, hija y amiga.”
Sinceramente dije, acá murió un ser vivo mas, que vino a este mundo, nació, creció, se reprodujo y murió.
Después de este ejercicio me empeñé en encontrar mi propósito, utilicé los puntos que hoy les estoy dejando acá, leí dos libros que les dejaré también al finalizar y después de un tiempo volví a escribir mi epitafio y esto fue lo que resulto:
“Gracias por haber tocado la vida de cada una de las personas que te conocimos, siendo un ejemplo de amor y de esperanza, más que una buena mamá, mujer, hija, amiga, hermana, nos dejaste un legado y pudimos ver a Dios a través de ti, gracias por cada sonrisa.”
En mi opinión, cuando tu logres alinear estos 4 puntos habrás encontrado tu propósito; cuando encuentres tu propósito y comiences a vivirlo, ¿sabes algo? No importa si al otro día mueres, pues ya sabrías lo que es vivir un día haciendo lo que te apasiona, lo que hace vibrar tu alma, lo que te hace sonreír cada mañana, morirás feliz, porque habrás muerto cumpliendo tu propósito de vida…así que apresúrate a encontrarlo pues hay muchos o tal vez pocos días esperándote…
Para finalizar quiero que recuerdes que un día recibiste un soplo de vida llamado ALMA, un ALMA en donde están todos tus talentos, cualidades, capacidades, habilidades, ideas, sueños, proyectos, miedos, retos, etc. Él te la dio para que cumplas tu propósito que finalmente es el de Él, solo recuerda que cuando nos llegue el día de dejar esta tierra, nuestra Alma volverá a Dios y Él te preguntará
¿Qué hiciste con el ALMA que te di?
¡Encuentra tu propósito, tu rumbo y haz que tu vida, responda a esa pregunta!
Desde mi Alma hacia la tuya
Adry
Libros recomendados
· Una vida con propósito (Rick Warren)
· Destinado al éxito (Dante Gebel)
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