“Solo en la oscuridad puedes ver las estrellas” M. Luther King
Esta fase me encanta, pues es aquí cuando comenzamos a renacer de las cenizas y cuando ya tenemos nuestros pies sobre la tierra, ya que antes habíamos estado asimilando cómo volver a comenzar a caminar con los nuevos cambios y con lo que perdimos en nuestras vidas.
Ya lloramos, gritamos, explotamos, no dormimos, tuvimos momentos difíciles, pero aquí estamos, no ha salido el sol completamente y ya comenzamos a ver algunos rayitos de luz en nuestra mente, en nuestro corazón, y en nuestro camino. Entramos a la tercera Fase de una crisis “EL AJUSTE”.
Esta fase puede durar mucho más que las anteriores, es decir, varias semanas; tiempo en el que como dice el autor Norman Wright: “Las cosas vuelven a adquirir color, se habla sobre posibilidades futuras, lo que está ocurriendo en su mundo empieza a adquirir nueva importancia. Ha pasado las profundidades del valle y ahora inicia el ascenso. Aquello a lo que empieza a adherirse tiene un significado especial” [1]
Por decirlo de alguna manera, esos rayitos de luz te hacen recordar que existe algo llamado “ESPERANZA”, que es:
“El estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o con base en la fe. Quien tiene esperanza considera que puede conseguir o alcanzar un determinado logro.”[2]
Recordemos que en las FASES I y II, es prácticamente imposible concebir Esperanza, pero en esta tercera fase es vital volverla nuestra mejor amiga y compañera.
Creo que nunca había buscado el significado de la palabra Esperanza, es más, creo que siempre la nombramos como si fuera algo que se pudiera adquirir en algún lugar, pero me encanta la definición, pues nos dice que es un ESTADO DE ÁNIMO, que se basa en CREER que algo puede suceder. Esto me parece maravilloso pues quiere decir que solo puede nacer de cada persona, nadie te la puede dar, ni traspasar, solo tú decides tenerla o no tenerla, a pesar de lo que sea.
Si tu ya pasaste el momento más oscuro de una crisis, ahora, ¿en qué quieres creer?, ¿qué es lo que quieres que se vuelva posible?. No te estoy pidiendo que sepas lo que harás en tus próximos 6 meses, ni que tengas un plan de vida elaborado después de una crisis, NO; en esta fase en mi opinión, el objetivo principal debe ser: tener ESPERANZA, es decir decidir tener un estado de ánimo con el cual CREAS que lo que deseas será posible, (en este caso, salir de la crisis, aprender a vivir con lo perdido,buscar nuevas alternativas, reinventarte, resurgir, renacer), pues solo así podrás considerar que alcanzarás eso que quieres lograr.
Por otro lado, según la definición de Esperanza, que acabamos de ver, tenemos dos opciones para fundamentar nuestra Esperanza: un sustento lógico y un sustento basado en la fe. Creo que yo usé ambas, pues mi lógica me decía que no quería estar más ahí en la oscuridad, mi lógica me decía que no quería más días sin tener un norte y mucho menos tener más noches sin dormir, mi lógica me decía a gritos, “SALGAMOS DE ESTO”. Ahí aparece entonces mi FE, pues aunque mi lógica me dijera muchas cosas, y mi mente y mi cuerpo supieran que así debía ser, eso en teoría sonaba muy fácil pero en la práctica no lo es tanto; así que yo sabía que en mis fuerzas me sería muy difícil lograrlo y por lo tanto, levanté mi mirada una vez más para decir: “DIOS…decido llenarme de ÁNIMO Y CREER QUE SALDRÉ DE ESTO, decido tener ESPERANZA!!, pero no puedo sola. Tú me has hablado de los planes que tienes para mí, pero me cuesta creer; como sabes, no veo mucha luz, pero quiero hacerlo”. Más que creer en mis capacidades para hacerlo, decidí creer en el que TODO LO PUEDE y sencillamente yo solo hice mi parte, pero Él se encargó de mi.
Después de ese momento oscuro, de ese valle profundo, de ese desierto, cuando yo pensé que Dios me había abandonado, pude ver cómo en verdad el plan de Él siempre había sido mucho mejor que el mío, entendí que lo que yo había visto como la peor crisis de mi vida, Dios lo había diseñado como la “mejor oportunidad de mi vida”, por esta razón yo decidí tener esperanza, no en mí, no en el destino, decidí tener Esperanza en quien lo sabía todo, en quien había estado conmigo hasta ese momento, en quien me dijo que tenía un futuro maravilloso para mi y mis hijos y que lo único que tenía que hacer ahora era confiar en Él y comenzar el ascenso.
Yo sé que puedes estar pensando que no concibes que haya un propósito en haber perdido un ser que amas, o en perder tu empleo, tu empresa, o una relación, y yo no te estoy diciendo que Dios quiso que pasaras por ese dolor, yo te estoy diciendo que en la vida pasarán muchas cosas, vendrán muchas tragedias, problemas y pérdidas y que lo que Dios quiere es que te tomes de la mano de Él para salir de cada uno de estos eventos y que puedas ver cómo Él: de las cenizas, de los restos, del vacío, de la quiebra, de la desgracia, sacará entonces lo mejor de ti, estará junto a ti para reconstruir nuevos caminos, estará junto a ti cuando no tengas más fuerzas, estará junto a ti cuando nadie más lo esté.
Dios no es una fórmula mágica para que no tengamos problemas o crisis, sin embargo cuando estamos en problemas es cuando más lo llamamos, es cuando aún personas ateas resultan diciendo “Dios mío” jajaja… A mi me parece maravilloso que lo hagamos, pues afortunadamente Dios no es como nosotros, que responderíamos: “¿ahora si me llamas?, ¿qué favor necesitas?... Noooo, Él no respondería así, Él diría algo como…”Llámame y te responderé. Te haré conocer cosas maravillosas y misterios que nunca has conocido” Jeremías 33:3
Te digo algo, si hay un momento o un proceso en el que logramos conocer cosas maravillosas y misteriosas, es precisamente ese momento cuando vivimos una CRISIS… Estar con Dios no significa no tener que enfrentar sucesos, o dolor, estar con Dios viviendo esta vida, es saber que a pesar de lo que venga, si estás de la mano de Él, podrás estar seguro que saldrás de esa y de muchas más.
Alexander Solzhenitsyn, premio nobel de literatura en 1970, estuvo preso 11 años en un campo de trabajo forzado de la Unión Soviética y él escribió:
“Fue tan sólo cuando me hallaba pudriéndome en una prisión, entre la paja, que sentí dentro de mí el primer aleteo de lo bueno. Gradualmente se me fue haciendo claro que hay una línea que separa lo bueno de lo malo, que pasa, no por Estados, ni aún entre clases, ni tampoco entre partidos políticos, sino por entre los corazones de los seres humanos. Así que bendita prisión por haber entrado a formar parte de mi vida”[3]
Entonces, en el momento en el que entendemos que tuvimos algo y lo perdimos, que cuando pasó esto fue demasiado grande para soportarlo, y lo que tuvimos dentro y alrededor de nosotros no fue suficiente para enfrentarlo, y caímos en una crisis (Fase I) que nos llevó a uno de los episodios más oscuros de nuestra vida (Fase II). Solo en ese momento estaremos listos para dejar atrás lo que quedó en el valle, para aprender, recibir un consejo, iniciar planes para el futuro… ¡¡aquí ya estaremos listos para avanzar!! (Fase III).
Nota: En esta fase puede quedar aún algo de depresión, pero no constante, es decir puede venir e irse, lo importante acá, es que recuerdes esto: piensa que si la dejas quedarse, retrocederás a ese hueco oscuro, pero si la echas, avanzarás entonces hacia la salida, no olvides decidir tener ESPERANZA.
Ahora llegó mi turno de contarles lo que yo hice cuando llegué a esta fase, aquí voy…
1. Elaborando el duelo:
Yo pensaba que un proceso de duelo, solo lo debía hacer alguien a quien se le muriera un ser querido. Nunca me imaginé que era muy importante hacer el duelo por una relación que terminara, o por un empleo perdido, o un lugar dejado atrás. Aprendí que TODO LO QUE REPRESENTE O SIGINIFIQUE UNA PÉRDIDA EN NUESTRA VIDA, DEBE TENER SU RESPECTIVO DUELO.
Aún después de aprender esto, yo seguía pensando que mi decisión de divorciarme y también de estar en otro país era lo mejor para mi, por lo tanto NO consideraba que yo debía hacer un duelo de eso, ¡pero estaba mal!; yo había dejado atrás muchos años de mi vida, sueños, un matrimonio, mi país, mis vivencias, en fin, había perdido muchas cosas que eran significativas para mi vida, entonces ahí entendí que yo si necesitaba hacer un proceso de duelo por cada pérdida.
Lo ideal sería que pudieras hacer este proceso con algún consejero o profesional que tenga el conocimiento de elaboración del duelo, pero si no tienes la manera de hacerlo, lo puedes elaborar tu misma(o).
Básicamente los pasos a seguir son estos:
A. Reconozca su pérdida: admita que ha perdido algo, así lo supiera usted o no.[4]
Adry: Identifica todas las pérdidas y vínculos que tuviste, has una lista de cada cosa o evento.
B. Permítase sentir el dolor de haber perdido sueños y esperanzas: pero no se deje amargar y no culpe a otros. El culpar y la amargura generalmente causan mayores problemas.[5]
Adry: Intenta escribir o hablar sobre tus sentimientos, pensamientos, emociones y sensaciones físicas respecto a cada cosa o evento, mientras los vas trayendo a la memoria.
C. Acepte la situación como su nueva realidad: mientras tanto explore, busque cómo sacarle el mayor provecho a la situación actual. Algunas veces, no hay nada que se pueda hacer. Enfóquese en lo que SI puede cambiar. No trate de cambiar la realidad per se, ¡cambie sus expectativas![6]
Adry: el pasado no lo podemos cambiar, lo único que podemos cambiar es nuestro presente, nuestro hoy, así que aceptar esa nueva realidad será la primera gran decisión que ¡Si cambiará nuestro futuro!. ¡Adelante, la vida aún continúa y viene lo mejor!
Por favor, haz los procesos de duelo que necesites hacer: “No caigas en el mito del tiempo todo lo cura, pues la verdad es que si no te curas pierdes el tiempo”
2. Dispuesta a aprender:
Cuando ya acepté y asimilé mi nuevo lugar de vida, mi nueva situación como mujer, mamá, empresaria y demás; cuando hice el duelo de todo lo que perdí y decidí sentir esperanza, pude entonces empezar a hacer planes para el presente y el futuro, pude tener mi mente despejada para aprender.
En las fases anteriores es muy complicado inclusive recibir consejos o guías de algún tipo, en cambio esta fase es ideal para buscar fuentes de aprendizaje, experiencias nuevas, conocer nuevas personas, en fin… ¡Salir a tu nuevo mundo real!
Una de mis amigas llevaba insistiéndome que comenzara a estudiar con ella, pero yo siempre le decía que no. Unas semanas después me volvió a decir, ¡¡con la sorpresa que le dije que si!!... ¡¡Yo ya estaba en esta fase!!... (Ahora lo sé, pero en esa época solo sabía que cuando ella me insistía, yo no podía imaginarme estudiando de nuevo).
Aunque no me sentía muy segura de haberlo decidido, pues recuerden que estamos empezando a decidir sentir Esperanza, me lancé y bueno, ha sido una de las mejores decisiones que tomé en medio de ese proceso.
Decidí entonces ingresar al seminario a estudiar Consejería y la primera clase que tomaría era: “Consejería en tiempos de Crisis” Wow yo no lo podía creer, era la clase perfecta, fue cómo lo digo yo: ¡¡la cereza de mi pastel!!. Gracias a esta decisión pude terminar mi proceso, pues cuando tu ingresas a estudiar algo de este tipo, el primer tratado eres tu mismo; fue maravilloso, todo lo que traté en mí y todo lo que aprendí. Gracias a esa decisión, hoy puedo estar aquí con ustedes, compartiendo un poquito de mi aprendizaje y mi experiencia.
Así que piensa qué decisiones que te lleven a aprender puedes tomar, ¿tal ves una carrera que se dejó sin terminar?, ¿quizás una maestría o un curso que vienes aplazando?, ¿qué tal lanzarte a una aspiración laboral más alta que la que tienes o tenias?, ¡¡defínelas y lánzate, te sorprenderás con los resultados!!
3. Amando mi nueva vida real
Creo que cuando vivimos una crisis y pasamos por la fase anterior, de vivir ese momento tan oscuro en donde a veces nos negamos a aceptar la nueva realidad o escapamos a la misma, también es difícil el concebir amar esa nueva vida.
Yo sentí que mi sueño de vida y que todo lo que había construido se derrumbó por completo y bueno, es que literalmente así fue, o mejor, así creía yo que había sido (hoy en día no pienso igual). Cuando ya uno acepta esa nueva realidad, es muy importante empezar a amarla en todos sus sentidos.
Empecé a amar oficios tan simples como lavar la loza, lavar mi ropa y la de mis hijos; algo que normalmente nunca hacía pues siempre tuve a alguien que me ayudaba en casa con todos los oficios, en fin, empecé a amar cada cambio que había llegado.
Los primeros meses y casi el primer año de mi transición al nuevo país, yo lo dediqué por completo al acondicionamiento de mis hijos, a una nueva escuela, un nuevo idioma, y un hogar con sus padres divorciados. Esto me mantuvo distraída por decirlo de alguna manera, pues mi enfoque eran ellos en todos los aspectos.
Al pasar el tiempo y ver cómo ellos se habían adaptado tan bien, empecé a darme cuenta que ya era tiempo para comenzar a pensar en mi y en rehacer mi vida.
En esta fase por ejemplo, mis semanas dejaron de ser una semana más, ya empecé a sentir en mí la necesidad de planear una agenda, (algo que unas semanas atrás no me interesaba hacer) pues era como si aún no hubiera asimilado que debía establecerme en ese nuevo lugar; fue también cuando decidí estudiar, comenzar a socializar más, bueno hasta jugaba futbol todos los domingos jajajaja… (Amo el baloncesto).
Comencé a ver cómo cada pequeña decisión que tomaba le iba dando un sentido diferente a todo; empecé a buscar la manera de tener un espacio para mí y mis hijos. Entonces emprendí ese proyecto con el apoyo de mi maestra de vida y quien después de Dios ha sido la persona que me ha enseñado que los sueños se hacen realidad: mi mamá¨.
Este punto de encontrar un proyecto para hacer es fantástico, pues te llena de ilusión, te hace pensar en nuevas ideas, te mantiene ocupada(o), te ayuda a establecerte metas, tiempos para verlo realizado, y sobre todo, te lleva a sacar habilidades, destrezas y una creatividad que nunca antes habías tenido.
En el próximo mes les hablaré de cómo se comienza de nuevo una vida. Pero por ahora esfuércense por amar esa nueva vida real que ha llegado después de ese proceso de transición, en mi caso como ya lo saben, fue adaptarme a un nuevo lugar y al divorcio, en el caso de ustedes puede ser aprender a amar la nueva realidad sin ese ser amado, el no tener todas las comodidades materiales, la vida sin ese empleo, el tener una enfermedad, en fin, sea cual sea su nueva vida real, decidan amarla y verán cuanta felicidad eso puede traer a sus vidas.
Bien, ya estamos llegando al final de las fases características de una crisis. Para mi ha sido una alegría inmensa el poder compartir mis experiencias y aprendizajes con ustedes. Gracias por leerme, gracias por dejarme llegar a sus corazones. Espero con todo mi corazón que después de leer este post puedas ver, pero sobre todo puedas DECIDIR tener ESPERANZA, no soló en tu lógica y en tus capacidades, sino en aquel que te creó y te hizo ese ser único, capaz y valiente.
“La crisis estruja, y al estrujar, con frecuencia refina o purifica…” Chuck Swindoll
Desde mi alma hacia la tuya,
Adry.
[1] Wright Norman, Cómo aconsejar en situaciones de crisis, Editorial Clie, 1990 , P.40.
[2] https://definicion.de/esperanza/
[3] Alexander Solzhenitsyn, The Gulag Archipeligo, citado por Norman Wright, Como aconsejar en situaciones de Crisis, Editorial Clie, 1990 , P.33.
[4] https://csmchat.weebly.com/mourn-losses.html
[5] Ibid
[6] Ibid
Hermosa reflexión, de gran ayuda, lindo propósito que tienes para tu vida, sigue publicando para tener como orientarnos, un abrazo
Adri, Gracias por tus palabras que son luz.
Sin duda las marcas siempre son un camino, y esta dentro de nuestra libertad el construir el final de esa ruta.