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¡NUNCA MÁS SOLOS!



 

Soledad, fuera de mi vida!, esta frase define el objetivo principal de esta serie que hoy termino sobre la soledad, pero sobre todo expresa mi profundo deseo por evitar, prevenir y lograr que la soledad no se lleve más vidas, por motivar a que no siga influyendo para tomar malas decisiones y que no siga llenando de temor para soportar desamor, maltrato e infelicidad.


Hemos entendido que no es bueno que estemos solos, que el relacionarnos con otros seres es una necesidad básica con la que Dios nos creó, hemos aprendido también que el remedio para la soledad es lograr conectarnos de manera real y verdadera con Dios y con otros pares; hemos también entendido la importancia de las decisiones que tomamos en momentos de soledad y la gran diferencia que existe entre tener compañía o estar rodeados de muchas personas pero al mismo tiempo sentirnos solos y tener quizás pocas personas o relaciones en nuestra vida, pero personas y relaciones profundas, verdaderas y reales.


Comprender todo esto es maravilloso, llevarlo a la práctica es un reto, pero un reto que traerá resultados increíbles, al menos así lo he visto yo en mi vida. Sin embargo, frente a la soledad debemos vivir alerta, con todas nuestras alarmas puestas, pues como les mencionaba en el post anterior, a la soledad no le gusta irse, ella conoce sus alcances, conoce lo que puede lograr en una vida cuando se apodera de ella, cuando le hace creer que no merece la compañía de alguien y que es mejor que viva así.


La soledad te quiere hacer creer que es muy buena compañía, te quiere llenar de pensamientos negativos, te intenta destruir haciendo que te compares con otras personas y de esta manera creas que no tienes valor y que por eso estás solo.


La soledad te lleva a tu pasado, le gusta recordártelo y te susurra al oído que los amigos que te dejaron, las relaciones de pareja que terminaron, los empleos que llegaron a un fin, etc., se fueron o se acabaron porque tú no vales lo suficiente como para que hubieran permanecido y que por eso ahora estás solo.


La soledad te habla de tu presente intentando decirte que así permanecerás siempre, que no vale la pena buscar amigos, enamorarte, restaurar relaciones familiares o conocer al famoso Dios del que tanto hablan.


La soledad te habla de tu futuro y quiere que precisamente no veas un futuro, quiere que pienses que para qué anhelar un futuro estando solos, quiere que creas que todo el mundo está destinado a tener verdaderas conexiones y personas que lo quieran, pero que tú no. La soledad quiere que dejes de creer que algún día podrás llamar a alguien amigo, o que encontrarás al hombre o a la mujer que anhelas, o que podrás conformar una familia hermosa, o que tendrás un gran grupo de verdaderos amigos; la soledad quiere que te sientas sin esperanza, sin sueños, sin motivaciones, sin amor, sin nada.


La soledad no está jugando, ella se toma muy en serio tu vida, por eso es que hoy quiero que juntos la derrotemos, que descifremos sus jugadas, que desbaratemos sus estrategias y que tomemos nosotros la delantera. Hoy quiero invitarte a que ganemos esta batalla y que a partir de hoy NUNCA MÁS ESTEMOS SOLOS.


A la soledad la tenemos que atacar de frente, no le podemos demostrar que le tenemos miedo, finalmente, si la queremos sacar de nuestras vidas es porque ya tenemos claro que no nos gusta vivir con ella.


Quizás llevas por mucho tiempo llevando tu armadura puesta, la que te protege, la que no deja que nadie te conozca como eres, la que te cubre de los posibles ataques que otros quieran hacerte, pero la misma que tampoco te deja sentir sus caricias y que puedan llegar a tu corazón; quiero decirte que esta batalla contra la soledad, muy contraria a quizás otras batallas que se dan en la vida, la debes pelear sin la armadura, pues es una batalla que requiere que seas tú, que sea tú piel, tú corazón y tú mente quienes se dispongan a bajar las barreras, a eliminar los prejuicios, a sanar las heridas que te hacen creer una y otra vez que quienes se acerquen lo harán para lastimarte, las que te hacen creer que a nadie le interesa conocer a alguien como tú, las que te hacen creer que te encuentras mejor si sigues solo.


Esta batalla contra la soledad la ganamos piel con piel, corazón con corazón, alma con alma!

De este modo, hoy quiero invitarte a que sigas 3 estrategias que yo puse en práctica en mi vida para ganar esta batalla contra la soledad y las cuales espero que a ti también te funcionen…


1. Abre la puerta… es hora de salir

Es una realidad que cuando queremos algo en nuestra vida, cualquier cosa que deseemos, esto implica que debemos ir a buscarlo, pues nada pasa por arte de magia o como muchas veces decimos: “nada cae del cielo”.


En esta batalla por la soledad esta acción marcará una gran diferencia, pues la única manera de poder encontrar lo que queremos o anhelamos es abriendo la puerta de nuestra vida, abriendo la puerta de nuestras murallas y decidir salir; pero no salir a vivir la vida loca jajaja como dicen por ahí, sino salir a buscar lo que queremos.


En mi caso decidí conectarme con una amiga que afortunadamente vivía acá en mi ciudad actual desde hacia muchos años y esta mujercita fue una ayuda infinita para mi vida, ella me motivo a empezar a estudiar consejería en el seminario, ella me invitaba a jugar fútbol todos los fines de semana, a cumpleaños, cenas, grupos en casa, etc., etc. Gracias a ella he podido conocer más personas como mi profesora quien fue y ha sido una ayuda enorme en todo mi proceso.


¿Pero qué hubiera pasado si nunca hubiera querido salir?, ¿Qué hubiera pasado si a todo lo que ella me invitaba decía que no?, ¿Qué hubiera pasado si Yo no la hubiera buscado?, Si yo pensaba, que yo estaba bien sin estudiar, que yo estaba bien con mi familia y mis amigas a distancia, pero básicamente lo que hubiera pasado es que seguiría encerrada, hubiera pasado, que pasarían y pasarían las semanas y nunca me hubiera sentido parte de este nuevo lugar y por el contrario de sentirme que podía tener nuevas amistades, lo más seguro es que me hubiera hundido en la soledad.


Es una realidad que el que busca encuentra, que el que toca una puerta se le abre, así que si tú nunca buscas entonces nunca encontrarás, si tú no tocas las puertas entonces nunca se abrirán.

Pasó más de un año para que yo decidiera establecerme en una iglesia, fui a muchas, fui a varios grupos y todo esto me servía para dar pasos gigantescos hacia conocer nuevas personas, pero fue maravilloso cuando por fin decidí ser parte de una, y no solo a ser parte, sino integrarme en algún equipo de servicio, equipo, en el que he conocido personas increíbles, que me han dado un apoyo impresionante, genuino, que me han abrazado y me han dado oportunidades que nunca antes pensé tener, pero una vez más, ¿Qué hubiera pasado si no decido pertenecer o ser parte de algo?


Este es el momento para que salgas a buscar grupos, personas, organizaciones, planes, viajes, entre otras, en donde puedas encontrar tus gustos, hobbies, aficiones, deportes favoritos, lo que siempre quisiste aprender, lo que te apasione o mueva tu corazón, este es el momento de abrir la puerta de tu vida y salir a buscar lo que tanto anhelas, pero lo que la soledad te ha hecho creer que no necesitas, hoy es el día…no esperes más.


2. Abre tu corazón…es hora de dar

Una vez abres la puerta de tu vida y comienzas a interactuar con más personas, es el momento ahora de abrir tu corazón, es el momento de sembrar y dar a las personas que llegan a tu vida.

Al igual que cualquier cosecha, nunca veras ningún fruto si antes no has plantado una semilla. Bueno en las relaciones pasa igual, nunca tendrás un gran o pequeño grupo de amigos si tú no sabes ser un buen amigo, nunca llegará un amigo a llevarte algo de comer el día que estés enfermo, si tú no has sembrado ese amor y esa entrega en otras personas, nunca llegará alguien incondicional a tu vida si tu nunca estás para nadie, nunca habrá un hombro en donde llorar o una copa para celebrar si nunca compartes tus momentos de tristeza o de victoria.


Hay un proverbio que dice que: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo”


De esta manera, si tú quieres ver en tu vida frutos de verdadera amistad, amor, fraternidad, apoyo, ayuda, tiempo de calidad, etc., entonces siembra todo esto en la vida de las personas que están a tu alrededor, eso sí es muy importante que examines las tierras en donde pondrás tus semillas y sobre todo que entiendas también que no en todos los suelos las semillas dan fruto. Lo que sí es claro, es que los frutos los recogerás de las personas que valoren tus actos, tu compañía, tu amistad, mejor dicho los que te valoren a ti, y con esas personas quédate y no te canses de sembrar, pues habrás encontrado una muy buena tierra, una tierra que no se cansará de dar y volver a dar de lo que ha recibido.


Por otro lado, proponte tú ser una buena tierra, aprende a recibir, aprende a escuchar, aprende a compartir y a pensar en los demás, pues tú también necesitas dar fruto, no dejes que tu independencia, tus miedos, tus maneras de hacer las cosas hagan que no seas una tierra en donde las semillas puedan crecer y dar fruto, sino que por el contrario, decide y disponte a ser una tierra sana, en donde cualquier semilla pueda echar raíces profundas y así puedas comenzar a tener relaciones en donde esas personas sueñen con envejecer a tu lado, pues ahí junto a ti se sienten seguros de que nada les faltará.


3. Levanta tu mirada… es hora de depender

Yo abrí la puerta de mi vida para comenzar mi mundo de nuevo, para relacionarme y encontrar nuevas amistades y conexiones, también he abierto mi corazón con las personas que tengo cerca y también lejos, intento sembrar de lo que tengo para dar en cada oportunidad y con cada ser, pero ¿saben algo? Hay un vacío que ni los mejores planes del mundo, ni los mejores amigos que puedan existir, ni la pareja de cuento de hadas puede llenar, ese vació o esa sensación que hay o que queda cuando se acaba la fiesta, cuando se acaba la acción, cuando estamos solos en nuestra habitación, en nuestro día a día, ese vacío que siempre nos recuerda que nos falta algo más…


¿Saben una cosa? A diferencia de las personas, los lugares, los momentos, que pueden estar y después no estar, hay alguien que SIEMPRE está y ese alguien es DIOS! Yo un día lo entendí, ese día cuando lo que creía que era mi todo se volvió nada y en medio de esa nada lo encontré a Él y como dice esta frase de Kristy Motta:


“Hasta que Él es todo lo que tienes, te das cuenta de que Él es TODO lo que necesitas”


Creo que no hay mejor manera de decirlo, pues hasta que uno entiende y experimenta esa sensación es que puede entender que todo lo demás se puede ir, acabar o morir, pero que si Dios está contigo quizás no hayan planes, ni muchos amigos, ni tampoco pareja, pero en las noches, en las mañanas, en el día a día, te aseguro que nunca más sabrás lo que es sentirse solo.


Hoy es momento de levantar tu mirada y soltarte en los brazos de DIOS, dejar que Él sea tu mejor compañía, tu mejor hombro, tu mejor cómplice, amigo y tu padre, pero sobre todo EL AMOR DE TU VIDA, un amor como tantas veces se los he escrito ya, un amor que no cambia, que no te falla, que no traiciona, que no se acaba, créeme que si dejas que Dios sea quien llene tu corazón, nunca más habrá espacio para la soledad.


Finalmente y aunque escribí este punto en último lugar, no quiere decir que sea el menos importante, por el contrario, cuando tu abres tu corazón a Dios y Él es lo primero en todo, cuando te das cuenta que en Dios puedes sentirte completo y pleno, entonces ahí en ese momento TODO lo demás (amigos, pareja, trabajo, familia, etc.), llegarán a tu vida en el momento correcto, pero no solo eso, también entenderás que aún después de que lleguen todos estos “extras” si algún día se acaban, se mueren o se van, aunque muy seguramente sufrirás, al final volverás a recuperarte y podrás estar tranquilo pues quien te completa nunca se habrá ido.


Fue una alegría inmensa haber escrito esta serie sobre la soledad, anhelo con todo mi corazón que se haya cumplido el objetivo, anhelo con todo mi corazón que haya podido tocar las fibras de tu alma, anhelo con todas mis fuerzas que hoy y de una vez por todas le demos la estocada final a la soledad, anhelo con toda mi alma que a partir de hoy este sea el lema de nuestras vidas:


¡NUNCA MÁS SOLOS!


Desde mi Alma hacia la Tuya

Adry

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